Jingles

En el mundo de la locución existe un área muy interesante y sobre todo, muy llamativa para quienes desean anunciar sus productos o servicios de una forma original, divertida y remunerativa. Se trata de los jingles, que si bien no llevan narración hablada, también se incluyen dentro de los conceptos básicos que un locutor puede manejar.

El jingle es un efecto sonoro muy corto que consiste solamente en un eslogan o una melodía cantada diseñada especialmente para la marca, idea o producto de la campaña; la melodía hace que el mensaje sea recordado hasta 7 veces más por quienes lo escuchan.

La eficacia de un jingle es esencial porque tiene que imprimirse en la memoria de quien lo escucha. Por esa razón tiene que ser claro, corto y fácilmente identificable para poderse distinguir pronto.

Respecto al estilo musical de los jingles, éste se adapta al concepto de la marca, y permite transmitir emociones dentro de los mensajes del comercial.

Existen tres tipos básicos de jingle:
  • La primera versión es la que sólo contiene una melodía cantada, su finalidad es que en medio se pueda incluir la voz del locutor, lo cual permite cambiar el mensaje según se requiera. 
  • La segunda versión lleva la locución incluida al inicio; esta versión es la que normalmente se inserta en el radio, aunque muchas empresas la usan también en su página web, como sonido ambiental en sus oficinas o tiendas, o bien, como perifoneo local.
  • La tercera versión es la más corta, y sirve para recordar la marca; normalmente su duración es de 10 segundos, lo cual permite tener ahorros significativos en el tiempo aire que se invierte en el radio.
Los jingles pueden cumplir otra función: sintetizan el estilo y el alma de una emisora. Son importantes porque son parte de la construcción del formato radiofónico, teniendo dos principales funciones: identificar un determinado programa (jingle de programa) o bien usarse como documento de identidad e identificar la emisora (jingle ID). 

Para grabar un jingle se requiere como mínimo una buena voz, que quien lo graba mantenga un buen ritmo y que sepa cantar; un/a buen/a locutor/a puede no ser bueno/a para cantar, pero si hace equipo con un cantante, juntos pueden crear un jingle de calidad.